martes, 19 de julio de 2011

Gorka & Julieta. Capítulo VIII: Puerta lacada

                 

Julieta se daba los últimos retoques del maquillaje pocos minutos antes de las seis.
Pasó su barra de labios roja por los mismos y lanzó una pícara sonrisa al espejo. Se colocó bien los tirantes de la camisera y paseó los dedos entre sus cabellos con la intención de recolocarlos.
Ya estaba lista.

Entre tanto, Gorka sudaba en el interior de su camisa. Llevaba flores, entre las que se dejaba entrever una nota escrita a mano que decía "Lo Siento".
Iba en el ascensor mirando cada poco tiempo el reloj, temeroso de llegar demasiado tarde o demasiado temprano.
El ascensor llegó a su destino. Las puertas se abrieron y Gorka vio enseguida la de Julieta, que estaba enfrente.
Cogió aire y se dio ánimos.
Durante unos segundos la idea de no llamar al timbre y volver corriendo a casa cruzó su mente.

Pero la desechó en cuanto hizo sonar el timbre.

En el interior del apartamento Julieta se sobresaltó ante el agudo sonido del timbre. Abrió la puerta enseguida y se encontró con Gorka, que tenía la boca abierta.

"Madre mía", pensó el chico, mientras se rascaba el cabello rubio sobre la nuca.

Julieta estaba preciosa. Preciosa y sexy. Su cabello castaño, normalmente lacio, formaba caracoles definidos desde la mitad del rostro de la chica.
Sus ojos eran grandes y castaños, al contrario que los de Gorka, que eran verdes. Éstos lanzaron una rápida y poco intencionada mirada al escote de Julieta. Llevaba una camiseta de tirantes y unos vaqueros.

Julieta, que se había percatado de la reacción de Gorka, sonrió. Se mordió el labio. Ella había hecho lo mismo.

 -Lo sien...-comenzó Gorka, levantando las flores en señal de arrepentimiento.
 Pero fue interrumpido por el impulso de Julieta.

Se había lanzado a sus labios rodeando su cuello con los brazos.

Las flores golpearon el frío suelo cuando Gorka las soltó, sorprendido. El chico mantuvo las manos en el aire unos segundos y después las colocó en la cintura de Julieta.

La trajo bruscamente hacia él, mientras seguían unidos por el beso. Le dio la vuelta para que la acción se trasladase hacia dentro del apartamento, cerró la puerta con el pie y empujó a Julieta contra la puerta. Tanteó su muslo con la mano izquierda, pasándola por debajo y levantándolo para atraer su cuerpo al suyo.

El rechazo del día anterior se presentó en su mente como un aviso.

Abrió los ojos para mirarla. Separando suavemente sus labios, le preguntó que si estaba lista. Julieta tiró de la camisa de Gorka, atrayéndole hacia ella y se quitó la camiseta quedándose únicamente en sujetador.

 -Tomaré eso como un sí.

 Julieta sonrió y le besó hasta dejarle sin aliento.

 Mientras lo hacía, cogió la mano de su compañero y la introdujo en su sujetador.
 Gorka abrió los ojos con sorpresa.

 Entonces Julieta desabrochó la camisa de Gorka con la mano sobrante y, pasando su mano desde el pecho hasta el ombligo, llegó finalmente a su ropa interior, y el cuerpo de Gorka se movió de 1000 formas distintas.

 Gorka desabrochó el sujetador de Julieta con una mano mientras bajaba sus pantalones con la otra.

 Entonces trasladó sus besos al cuello, después a los pechos, y más tarde a...

 Julieta dio un grito mientras estiraba su brazo y se apoyaba en el marco de la puerta lacada.


 Cuando ya era de noche, miraban el techo en la cama de Julieta, unidos por un abrazo.
 No necesitaban decir nada.

 Y allí se quedaron. Una hora, dos horas...
 El tiempo no era importante cuando estaban juntos.
 Se dieron un tierno beso y continuaron disfrutando de la compañía del otro hasta que el sueño se adueñó de ellos.

Fin de la I Parte.

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