domingo, 4 de diciembre de 2011

Esperando algo que que jamás llegará

Sé que tu corazón jamás se abrirá a mí, que seguirá escondido en tu pecho hasta que solo tú quieras regalarlo.
Porque eres incorpórea, inconexa y fantasmagórica. De tus ojos jamás salió una lágrima, solo gotas de sangre provocadas por tu inexistente humanidad. Sé que solo buscas la manera de hacerme daño, que jamás sentirás un ápice de lástima por mí. Y sabes que te quiero. Sé que lo sabes, pero que jamás dejarás que el sentimiento que siento por ti se interponga entre tu orgullo y tu naturaleza oscura. Seguiré esperando aquella noche de martes en la que nos tumbamos en un prado, arropados por las estrellas, y en la que nos dimos algo que jamás pensamos que compartiríamos. Sigo esperando algo que jamás llegará.

Una lágrima de tus ojos negros suspirando por mí.
Una simple carta que signifique todo para mí.
Una sonrisa dirigida a mi persona.
Una pizca de humanidad que demuestres hacia mí...

Pero debo dejar de desear, porque hace tiempo que conozco mi futuro.
Sé que tú me matarás hasta dejarme sin sangre en las venas. Te regocijarás y buscarás la manera de hacerme daño aunque ya esté muerto.

Y sé que lo sentiré incluso muerto, porque con solo oír tu nombre, se me despiertan todos los sentidos.


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