Julieta cabalgaba el mar con su tabla. Cuando veía aquella inmensidad azul no hacía más que pensar en los ojos de Gorka. Aquellos con los que nunca había cruzado una mirada.
La surfista se mordió el labio. ¿Porqué siempre todo lo relacionaba con él? Había más cosas en el mundo aparte de Gorka.
Gorka. Gorka. Gorka.
<<¡Olvídate>>, se dijo.
Pero no podía hacerlo. Cada vez que lo intentaba, le venia a la cabeza aquel tierno paseo. Solo habían pasado dos días desde entonces.Y aun no era capaz de demostrar lo que sentía por él.
Gorka se mojó los pies. El agua estaba perfecta. Lanzó una mirada hacia el frente. Allí estaba Julieta, con su tabla. Julieta...
El paseo se proyectaba en la mente de los dos al mismo tiempo como si fuese una película. Entonces, por primera vez, sus ojos se cruzaron. Una ola se acercaba desde el horizonte. Para el momento en el que la ola chocaba con el mar, Gorka ya estaba con Julieta en el interior de la ola.
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