Sexo en nueva york

Hace unos años, comenzaron a poblar las bibliotecas municipales de Málaga con los DVDs de las temporadas de Sexo en Nueva York, que mi madre tomaba prestados y veía con mi padre por las tardes.

Pero un día mi hermana y yo nos unimos a ver la serie, y la verdad es que nos encantó.

Yo nunca había visto una serie de ese estilo (¡tan descarado!), y ahora en la televisión nos bombardean a los adolescentes con series con mucha carga sexual, por lo que, posiblemente, si decidís ver la serie, os parecerá que estáis acostumbrados.

Pero yo no lo estaba hace tres años, ¡y parece que aún no lo estoy!

El 29 de julio retransmitieron en Divinity un maratón de la serie. Llegué después de haber estado dando una vuelta con mis amigos, y al escuchar las risas de mi madre como hacía mucho tiempo que no las oía decidí entrar en el salón para ver qué era tan gracioso.

Al final estuve con mi madre viendo Sexo en Nueva York hasta las dos de la mañana, y echo de menos a esa madre que vi aquella noche, una madre con la que parecía que podía hablar de cualquier cosa y ella me escucharía.

La misma madre de aquellos años, a la que no le hacían falta motivos para sonreír.

Si no os lleváis tan bien con vuestra madre como os gustaría, intentad hablar de cosas que os gusten a ambos, libros, películas, series, cualquier cosa que podáis compartir. Y sobre todo, reíd mucho, porque la risa es algo que nunca hay que perder. Arreglad las cosas con vuestras madres antes de que sea demasiado tarde.

-programada-