domingo, 18 de diciembre de 2011

La imaginación nos lleva a lugares increíbles, pero hay veces que preferimos escenas cotidianas que imaginar


Imagino...
Imagino despertarme a tu lado con el sol en lo alto del cielo, iluminando tu blanca tez y tus cabellos rubios, desparramados sobre la almohada. Imagino tus ojos castaños abrirse y dibujar una sonrisa en tus labios al verme junto a ti.
Te incorporas y te sientas en la cama. Intercambiamos miradas y nos fundimos en un beso perfecto, algo normal entre nosotros.
Preparamos el desayuno, juntos, como cada día, y charlamos sobre temas normales casi sin importancia.

Porque nos bastamos el uno al otro para mantenernos en pie...


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También forma parte de la "antigüedad". 22.07.11, para ser exactos.

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